No me preocupa demasiado que haya días o momentos en los que me cueste sonreír. De hecho, si tuviera que elegir entre estar contenta por fuera o estarlo por dentro, me quedaría seguro con la segunda opción.
Antes o después debemos descubrir eso de que las puertas de la felicidad se abren de adentro hacia afuera. Pero debemos estar dentro para poder abrir, es decir, no tengamos miedo a investigar en nuestro interior, a sucumbir a los encantos de lo de verdaderamente nos hace felices y a partir de ahí, mirar hacia afuera, salir de nosotros mismos y dedicarnos a ser felices…mucho más que a estar contentos.
La Felicidad no hace ruido, es serena y estable, cuando al fin comprendes que no es el resultado de ninguna lucha, de ningún objetivo, comienza a instalarse en tu vida cuando al fin, tienes sonrisas en el alma…
Comments are closed