Dejadme que siga con la historia de Caperucita. La niña, poco después de lo sucedido, quiso ir de nuevo a ver a su abuelita. Tenía dos opciones, sentirse tan asustada, que la mera idea de poder encontrarse nuevamente con un lobo, la dejara en casa, renunciando así a ver a su adorada abuela, o asegurarse de que esta vez, si se lo encuentra, estará preparada para mandarlo a paseo. En fin, ¡hay muchas maneras de vencer a un “lobo”!
La huida o el bloqueo, solo sirve para agrandar el problema, así sucede con la ansiedad, si pudiéramos ponerle una imagen, por ejemplo, la de un monstruo peludo, al no querer hacerle frente, éste irá adquiriendo cada vez mayor tamaño, hasta que nosotros resultemos ridículos a su lado, de manera que nos convencemos de la imposibilidad de vencer.
Comments are closed